La nectarina es una fruta del género Prunus y variedad del melocotonero de cultivo reciente, que poco a poco ha ido ganando adeptos entre los consumidores. Su sabor espectacular, su textura crujiente y su gran capacidad de conservación en el frigorífico la ha convertido en una de las grandes favoritas para consumo en verano.
A nivel botánico, la nectarina es una mutación de un melocotonero. Siempre se ha relacionado este frutal con un cruce entre ciruela y melocotonero, pero no es así, ya que es una variedad más de los melocotoneros que existen, pero con un cierto parecido a los ciruelos, de ahí esta afirmación.
La característica más diferenciadora de la nectarina frente al melocotón común nace en que la piel no tiene aspecto peloso, y tiene un tamaño final algo menor. Sin embargo, a nivel de árbol, tiene unas características morfológicas muy parecidas, con un aspecto globoso, con una altura media de 3 a 4 metros.
La nectarina es una variedad específica del melocotón. Su nombre científico es Prunus persica var. nectarina. Se cree que su origen es idéntico al del melocotón y comparte historia y edad de origen.
Por orden de producción, China es uno de los principales países productores, seguido de Italia, Estados Unidos, España y Grecia.